HASTA SIEMPRE RICARDO, MAESTRO, COMPAÑERO Y AMOR
El 22 de abril, día de la Tierra, Ricardo abandonó su cuerpo, que ya no le sostenía, e inició el tránsito hacia la
libertad. Su espíritu permanece en cada una de las personas que tuvimos la
dicha de conocerle. A mí me eligió como pareja para pasar los 5 últimos años de
su vida, y nuestra relación nos transformó a los dos haciéndonos personas más
conscientes y entregadas a vivir el momento presente abriéndonos al mundo.
Me ha tomado tiempo el encontrar la serenidad necesaria para
escribir esta “despedida” y compartirla con aquellos que por distintos motivos
se asomen a mi blog, ya que se me agolpaban emociones, sentimientos y
pensamientos al sentir su presencia y a la vez su ausencia física en la casa.
Ahora estoy empezando a recolocar la presencia de Ricardo en mi vida, al que
siento como un apoyo en mi intuición en forma de pensamientos que me afloran
ofreciéndome mayor amplitud de miras cuando me enfrento a situaciones difíciles,
tal como me sugería en vida y me sigue aportando ahora.
Este escrito es un agradecimiento público a este gran hombre,
en las tres dimensiones que yo he compartido con él: maestro, compañero y amor.
GRACIAS MAESTRO
Ricardo se jubiló de su trabajo como maestro a los 60 años,
poco antes de que yo le conociera y poco después de que le diagnosticaran el
cáncer. Con la perspectiva de ahora creo que solo te jubilaste del colegio pero
no de la enseñanza ya que en estos 5 años nos has ofrecido las mejores
lecciones a las personas que hemos estado cerca de ti. Como buen maestro estabas abierto a aprender,
y en esta última etapa abrazaste las enseñanzas del budismo y la meditación que
te facilitaron herramientas para transitar mejor las duras pruebas de
sufrimiento, enfermedad y muerte a las que tuviste que enfrentarte. Nos
enseñaste con tu ejemplo la paciencia, la perseverancia, la confianza, la
aceptación, el coraje, la generosidad y tu gran entrega. Incluso llegó tu
influencia a personas que tuvieron poco trato contigo, porque compartías desde el corazón, y esa
comunicación es de esencia y no de cantidad. El hecho de ser tu pareja me
convertía en tu “alumna aventajada”, y siento que sin proponértelo me pusiste
“pruebas” difíciles como los 9 meses de inmovilidad y el último mes en el
hospital, o la última semana acompañándote a morir, pero a la vez me transmitías
la confianza de que yo podía superarlas, como así lo hice, y te agradezco todo
el aprendizaje que eso me conllevó y que todavía estoy digiriendo e integrando.
GRACIAS COMPAÑERO
Gracias Ricardo compañero de aventuras, experiencias y de
vida. Tú entraste en mi vida respetando mis tiempos, te abriste y entregaste
tal como me anunciaste en nuestro segundo encuentro porque querías una relación
profunda y no perder el tiempo. Fuiste un gran compañero con quien pude
materializar mis anhelos de viajes, aventura, bailes…. Y estuviste abierto a
entrar en mi mundo, a compartir un enfoque de vida donde lo material quedaba en
segundo plano para dar paso a actividades como la meditación que nos conectaban
con una vida más consciente basada en valores. Me acompañabas en mis
conferencias ecologistas, en los eventos de la “Hora del Planeta” y te uniste a
la Sangha de Meditación de Thich Nath Hanh con gran compromiso formando parte
del equipo organizador de los retiros, y juntos fuimos los chóferes del maestro
cuando vino a España. Contigo pude hacer realidad los versos del poema “Te
quiero” de Mario Benedetti: “En la calle codo a codo somos mucho más que dos”,
que se convirtió en nuestra canción en la versión cantada por Nacha Guevara. La
enfermedad hizo que progresivamente tuviera que despedirme del compañero de los
grandes viajes, del compañero de tango o del compañero de excursiones o
actividades, ya que tu cuerpo se fue replegando a la esencia. A mí me resultó
difícil adaptarme y acompañarte en ese duro camino, viviendo una lucha interna
entre una parte de mí que quería salir corriendo para seguir “disfrutando de la
vida” y otra más profunda que quería quedarse y acompañarte. Tuve que negociar
conmigo misma y me ayudó la máxima del budismo de “Vivir el momento presente”,
ya que cada día decidía si me quedaba o me iba, y cada día ganaba la parte más
esencial y permanecía a tu lado, hasta que llegó el momento en que pude asumir
un compromiso a más largo plazo y te dije que elegía acompañarte en tu
enfermedad y vivir contigo esta etapa hasta el final, y así lo hice.
GRACIAS AMOR
Gracias Ricardo por enseñarme que el amor verdadero, comprometido y libre es
posible. La pasión del inicio nos nutrió y dio fuerzas para afrontar las
privaciones que vendrían después. Nos costó renunciar al buen sexo que teníamos
cuando, a los dos años de nuestra relación, el tratamiento lo hizo inviable. También la
sensualidad de nuestras veladas de tango quedó atrás cuando empezaste a sentir
en tus caderas el dolor de la metástasis en los huesos. La inmovilidad de los
últimos 9 meses fue la parte más dura y a la vez la gestación del amor verdadero. Ambos vivimos
esa trasformación aceptando cada día el deterioro del cuerpo, la pérdida de
masa muscular que transformó tu cuerpo atlético en pellejos y huesos, que para
dignificarlo yo cariñosamente te llamaba Gandhi. La pasión se transformó en una profunda
ternura, cariño y admiración por ese gran hombre que incluso en los momentos de
gran dolor mantenía la presencia, el ánimo y la confianza. Estar contigo casi
día y noche la última semana en el
hospital acompañándote a morir fue un privilegio, permitiéndome soltar los apegos
y animándote a que dejaras el cuerpo y fueras hacia la luz, haciendo realidad
la frase “Te quiero tanto que te dejo ir”. Moriste tranquilo, estabas muy
hermoso con la cara relajada y tenías hasta una ligera sonrisa. Pudimos
despedirte la comunidad de la Sangha con una meditación y con la canción: “Sin
venir y sin partir, ni antes ni después, te abrazo muy fuerte y luego te dejo
ir, porque yo estoy en ti y tu estás en mi”.
Después en el Tanatorio justo antes de la cremación alguien
puso la canción de “September, de Earth,
Wind and Fire” que a ti te encantaba bailar,
y mis pies comenzaron a bailar. Era el mejor homenaje que podía rendir a
este gran amor, mi movimiento libre celebrando que ya te habías liberado del
lastre de tu cuerpo y volabas hacia la libertad.
Hasta siempre cariño. Te quiero
Mar
15 comentarios:
Gracias Mar querida amiga me llega muy bien en estos momentos de mi recuperación tus palabras honestas que brotan desde tu corazón...gracias por permitirte amar sin condiciones y entregarte ahora y siempre al AMOR. Te amo y te respeto mucho desde mi humilde admiración a tu persona..un fuerte abrazo
Gracias Mar, llega profundo y hermoso, me hace recordar el cáncer de mi papá, y el acompañamiento de mi madre con el :) <3 lloro al leerte.....
Qué bonito...
Gracias Mar. Tu mensaje me conmueve el alma, gracias por la expresión de lo profundo de ese Amor y por ayudarme a recordar el valor de la vida, y de cada instante viviendo en la entrega y el Amor. Todas las bendiciones para este momento. un abrazo
Me siento privilegiado de leer tus hermosas palabras, vuestras experiencias, emociones y sentimientos, el tener tan cerca vivencias profundas que me dan una lección que aumentan mi fe, que abren mas luz al universo y su energía.....te mando un abrazo terrenal y a Ricardo un abrazo del alma que le llegará....
Mar; abrazo cálido acompañando tu sentir. Muchas gracias por compartir.Momento de apertura del corazón.
Querido Ricardo, te acompaño desde la amistad profunda. Auuuuhhhhh
Querida Mar.. gracias por este compartir, Tus palabras y sentimientos llegan desde tu corazon hacia el nuestro. Envio un abrazo de lo mas calido para ti m
Que maravilla
Gracias Mar x conpartir tanto amor y belleza... tambien baile xa Eduardo cuando lo despedi. Fuimos muy afortunadas encontrar en nuestro camino a tan maravillosas personas..el río sigue..y nos acompañan ..
Qué belleza y cuánto Amor. Gracias Mar
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