LAS GAFAS DE VER EL MUNDO



Me despierto y el mundo parece haber cambiado. Miro a mi alrededor y ahí están los mismos elementos que había la noche anterior: el gran espejo que cubre la pared enfrente de la cama, la mesilla, las estanterías con los libros……sin embargo nada es igual, es como si mi mirada fuera distinta, si se me hubieran caído las gafas que he llevado puestas toda mi vida.
Desconcierto, las cosas toman otra dimensión, existen fuera de mí. Yo ya no soy el centro de todo, me quito del medio y paradójicamente ocupo más espacio. Empiezo a mirar de dentro a fuera, me doy cuenta de que yo también existo independientemente de lo que está fuera, de que tengo un lugar por mi misma y no necesito que los demás me devuelvan quien soy ni verme reflejada en los espejos para existir.
Salgo a la calle, sigo con mi costumbre de mirarme en los escaparates, en las puertas del metro, en las ventanas de los coches….la diferencia es que ahora me doy cuenta que me miro y hasta me hace gracia esa forma de ir por el mundo. Es como si necesitase verme para saber que tengo un lugar. Me doy cuenta que yo no soy esa imagen, me siento por dentro, mis pisadas, mi respiración, miro y veo, descubro el mundo desde mi.
Me relaciono con las personas de otro modo. Me atrevo a mirarlas con curiosidad, estoy abierta a descubrir quienes son, me apetece recibir, abrirme a lo que tienen que contarme, mas que transmitirles quien soy o me gustaría ser.
Es una sensación extraña, cosas que antes me parecían importantes pierden sentido. La sensación de tener que hacer, de prisa, de misión, de sentirme importante….las veo como si hubiesen sido un sueño del que he despertado. Ahora  estoy en vivir lo que venga en la confianza de que es bueno, y además es lo único que existe.
Perspectiva , zoom….como si a veces me viese desde fuera y otras desde dentro, y en medio los reflejos en los espejos…..un poco de miedo, esto no lo conocía, no lo controlo, a ver si se me va a ir la olla….pero no, confianza, serenidad, y una sensación de que estoy bien así.
Esperanza, se abre una nueva dimensión, una nueva forma de ver la vida, de relacionarme con ella. Dejar atrás la avidez de verme constantemente reflejada, de ese falso protagonismo que me dejaba vacía ya que se llevaba toda mi energía, como si fuese una drogadicta ávida del reconocimiento de los demás para poderme conocer yo, para saber quién era, para existir. Ahora ya sé que existo, y les dejo libres a los demás, ya no les persigo ni les seduzco para que me den mi droga, puedo vivir sin ella porque por fin he encontrado mi lugar en el mundo dentro de mí. Tanto camino para esto tan sencillo, y un nuevo mundo de posibilidades que se abre desde aquí.

Mar Asunción
Agosto de 2012

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bonita filosofía para empezar el año. Esta ha sido mi primera lectura. Feliz 2013! Gloria